Eres feliz porque creíste que para Dios nada hay imposible. Que nuestra fe se parezca a la tuya.
Dijiste un “sí” que llenó toda tu vida, y confiaste de verdad en la
Palabra del Señor: que aceptemos siempre lo que El nos pida.
Viviste unida a Jesús, fuiste pobre y sufriste con El; Ayúdanos a superarnos en la dificultad. Amaste a Jesús como nadie le amó: por eso estás ahora tan cerca de El: que su amor abarque toda nuestra vida.
... Estuviste con El al pie de la Cruz, y El te hizo Madre nuestra: concédenos ser vivir cada día más unidos a Jesús.
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