domingo, 13 de mayo de 2012

María nos habla desde Fátima

Hoy recordamos a la Santísima Virgen María en su advocación de la Virgen de Fátima, quien se presenta el 13 de mayo de 1917 en Fátima (Portugal) a tres pastorcitos: Lucía, Francisco y Jacinta.

En esa primera aparición la Virgen se apareció flotando en una nube, rodeada de una luz brillante y sosteniendo un Rosario le dijo a los niños:

"No tengan miedo, Yo no les haré daño!"



Que amorosa es en su presentación, Ella sabe lo que es verse de un momento a otro sorprendida por la gracia del Señor, por lo que no duda en calmar a estos pequeños y les invita a estar prestos y atentos a sus visitas, en las cuales busca que la humanidad entienda que su presencia, es para ayudarnos a ver nuestros errores y pecados e instarnos a enmendarlos para conseguir la salvación. Que grandiosa es Ella, siempre preocupada por sus hijos, recordándonos que solo una madre amorosa, una madre interesada por sus hijos, vela siempre por su presente y porvenir.

No desoigamos a nuestra Madre (que a pesar del paso de los años) sigue insistiendo en la necesidad de reconocer nuestras faltas, obrar por ser mejores cada día y sobre todo para que intercedamos unos por otros.

Con su presencia en Fátima nos invita es a rezar el Santo Rosario, y recomienda luego de cada misterio recitar la siguiente jaculatoria:

"Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno. Lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu infinita Misericordia."

Que significativas y poderosas palabras, pedir a nuestro señor Jesucristo para que nos perdone, nos libre de todo mal y peligro y más aun del terror del infierno, pero sobre todo nos insiste en la intercepción de unos por otros mediante la suplica a la Misericordia Divina de nuestro Padre.

INTERCEDER: mediar, abogar, rogar, suplicar, lo mismo que nuestra Madre hace por nosotros ante la Santísima Trinidad, nos pide que hagamos unos por otros.

Hagamos lo que Ella nos pide y sugiere, su amor es infinito y nos da la clave para llegar juntos a la gracia Divina, pidamos al Padre por nuestros hermanos, porque su promesa es que nuestras oraciones nunca serán despreciadas.

Salve María, gracias por tu amor y por tu deseo de que nos amemos sin medida.

Ofrezcamos hoy el Santo Rosario en agradecimiento a nuestra Madre María, por todas las veces que nos habla  e insiste en el amor de hermanos.

Feliz día de la Madre, para todas.

Salve María!!!

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